Nacido en un valle, al lado de un largo y bonito lago de 4 km, el pueblo de Jugon es como una oasis en medio de un océano de verdura.
Su patrimonio arquitectural, con sus moradas de granito y su plaza mayor, recuerdan orgullosamente el pasado de Jugon, plaza fuerte del Penthièvre en la época de los Duques de Bretaña.
No se dejen engañar por el encanto tranquilo de esta pequeña ciudad, disimula un papel estratégico en la Historia de Bretaña.
Informaciones parácticas :
VISITA GUIADA
Para saber más de la pequeña ciudad de carácter, júntense para la visita guiada :
En julio y agosto : cada martes a las 11.
El resto del año, con reserva previa para los grupos.
Tarifas individuales :
Adultos: 2,50 €
Niños: 1,70 €
Tarifas de grupos :
2,00 € por persona (gratuidad para el acompañante + una gratuidad por grupo de 15 visitantes)
DIA DE MERCADO :
El viernes por la mañana, todo el año. Plaza del Martray.
AREA DE ESTACIONAMIENTO DE LAS AUTOCARAVANAS
- Area de servicio en el aparcamiento del Camping « Au Bocage du Lac ». Agua o electricidad : 2.50 €
- Posibilidad de aparcamiento nocturno vigilado, de pago, en el Camping Au Bocage du Lac.
- Area de estacionamiento en la área natural de camping en Plédéliac.
HISTORIA DEL AGUA
Nacimiento de la Ciudad
Toda la Historia de Jugon, tesoro del Penthièvre, se articula alrededor del agua. Ayer elemento fundamental de defensa, hoy, centro de turismo y ocios. Uno de los ríos de la ciudad, que antes se llamaba « el Jugon », dio su nombre a la ciudad.
La primera mención de Jugon le relaciona con el castillo, cuya edificación se atribuye a Eudon, (en el siglo XI, a eso de 1034), primer Conde de Bretaña. Situado en un monte de rocas entre dos ríos, pasa a ser de los señores de Dinan, a partir del siglo XII.
Progresivamente nace el centro de Jugon, entre el Castillo y el Priorato.
A eso del año 1230, con iniciativa de Pierre de Dreux, se erigieron dos embalses en los dos ríos que riegan Jugon : la Rosette y El Arguenon, lo que constituye en aquel entonces un sabio dispositivo hidrólico de defensa. El Castillo de Jugon, que se convirtió en fortaleza estratégica del Ducado, fue atacado muchas veces durante las contiendas.
En 1373, con órden del rey Carlos V, Bertrand Duguesclin tomó de nuevo el Castillo de las manos del Duque de Bretaña, Jean de Montfort, porque ése hizo un pacto con la corona de Inglaterra. Duguesclin pronunció en la ocasión un refrán bretón : « Quién tiene Bretaña sin Jugon, tiene capa sin caperuza », lo que significa que Jugon era uno de los sitios estratégicos de Bretaña que había que proteger. Hoy sigue siendo la divisa de Jugon y figura en el escudo de la ciudad.
En 1616, el Castillo fue destruido definitivamente, por iniciativa del gobernador de Bretaña, Richelieu. Hoy en día ni siquiera queda un vestigio, sólo nos queda el nombre de la calle que llevaba al castillo.
Después de la desaparición del Castillo, a principios del siglo XVII, el casco se convirtió en centro administrativo y comercial activo.
En 1973, los municipios de Jugon, Lescouët-Jugon y Saint- Igneuc se unen para formar el municipio de Jugon-les-Lacs.
Rico de su pasado, Jugon-les-Lacs es ahora un lugar importante de veraneo en la Bretaña interior, donde se puede disfrutar de las actividades relacionadas con el agua, de actividades al aire libre y del patrimonio. Cita de los pescadores y de los paseantes, Jugon va recobrando su esplandor de antaño.
Jugon y el agua
Atravesado por dos ríos, uno que alimenta el gran lago (el Jugon antes, ahora La Rosette) y otras dos vías del río Arguenon, Jugon siempre tuvo una excepional potencia hidrólica.
Así, se construyeron muchos molinos en esos ríos (molinos para el trigo, la casca para transformar las pieles en cuero) y muchas pesquerías.
Todavía se puede ver una multitud de lavaderos a lo largo de los ríos de la ciudad.
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